La era de los culpables


Somos culpables. O eso parece. No es algo original. Ya se lo decían a Eva y a Adán, así, desde el principio. Y el asunto es que debe funcionar porque periódicamente se vuelve a utilizar. Así lo veo. En la España de los recortes indebidos, todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario.

Hay algunas personas que no van a clase y se quedan en la cafetería, subamos las tasas universitarias a todos por si acaso hay tentaciones.
Hay algunos que defraudan con el IVA, penalicemos a toda la población con una subida lineal.
Hay algunas personas que estafan con las bajas laborales, penalicemos todas las bajas.
Hay personas que se aprovechan del sistema de desempleo, penalicemos a todos los desempleados.
Hay quienes abusan de los recursos judiciales o acuden a la justicia con demandas banales. Culpables todos por si acaso.
Somos culpables por tener una enfermedad crónica. Y en breve, seremos culpables por enfermar de cualquier cosa, como en Portugal.
Somos culpables. O eso quieren. Que nos sintamos culpables. Culpables de pedir, de tener derechos, de exigirlos. Que no son regalados, que han sido peleados por otros para que nosotros vivamos mejor.
Si ya nos sentimos culpables hasta por tener un empleo ("da gracias que ...", "Con los tiempos que corren") . Y no lo somos. No se dejen engañar. Estoy pensando en montar una revolución personal, un acto de insumisión interior. Señores, señoras, soy inocente. Porque todo esto es un truco.

Yo creo que el método lo han aprendido de alguna película futurista con capítulo de sometimiento de planetas y andan haciendo experimentos. O siendo más realista, están remasterizando los grandes éxitos medievales. Una versión del "arrepentíos" de toda la vida pero con lustre del siglo XXI. O eso, o que se han tomado muy a pecho aquello de vale la parte por el todo.

Los culpables somos todos... menos los responsables. Porque si las medidas que están tomando no funcionan, sólo serán las urnas las que castiguen. Y eso con suerte, que lo de dimitir por la consecuencia de sus medidas o sus actos no está en el libro de instrucciones. Porque Güemes no se siente ni un poquito culpable por privatizar un servicio y luego ganar dinero con él. Ni Rato parece sentirse muy culpable de rematar la privatización de Telefónica y acabar cobrando por asesorales. Ni Cospedal por cobrar lo que cobra mientras pide austeridad y cinturón estrecho. Ni siquiera Rubalcaba por las decisiones equivocadas del ejecutivo anterior o por tardar en reaccionar y no dar respuesta. Tampoco los gestores de los bancos y las agencias de calificación que nos están "guiando" por este calvario (eso sí, en eso sí somos democráticos: sus errores los pagamos todos). Ni los malos gestores de empresas que están aprovechando la palabra crisis    para limpiar y despedir.

Y yo me siento culpable por muchas cosas. Es un asunto cultural arraigado y profundo. Vamos, que a veces me siento culpable hasta de tirar las migas de pan a la basura. Pero no de tener derechos. Eso no, oigan. Eso no. Por la era de los culpables no paso.

1 comentario:

  1. Me parece muy interesante es estupendo con la claridad que expones lo que muchos sentimos y no somos capaces de expresar.

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