Estimado Sr Gallardón


Estimado Sr Gallardón.
Me dirijo a usted con desconcierto y sorpresa. "La libertad de maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres"Qué perverso es usted. "libertad de maternidad", qué concepto. ¿Entiendo que es la libertad de ser madre o no? Ay, que no va a ser usted tan magnánimo. Pero le gusta jugar con las palabras. Llevo meses dándole vueltas a la obsesión que le ha entrado con la maternidad pero las declaraciones de ayer fueron inmensas. Siento comunicarle que no se ha ganado a todas las madres del país, si es lo que pretendía. A mí no.


Porque volvemos a lo de siempre. Mujer igual a madre. Si no eres madre, no eres mujer. Y si no cuidas de tus hijos lo suficiente, no eres buena madre. Y para cuidar de tus hijos todo el tiempo, mejor que te quedes en casa. Y ya está, convertidas en contenedor reproductivo otra vez. Qué sutil, Sr Gallardón. Menos mal que Soraya Saez de Santamaría ha sido madre antes de hacerse con el cargo, que si no, íbamos a tener una vicepresidente de segunda.

Pero si la cosa va de baremos, de segunda clase y primera, vamos a ello: ¿Cuándo para usted, Sr. Gallardón, los hombres no son suficientemente hombres? Miedo me da. Todos los hombres (y las mujeres) nacen con tantas posibilidades como su entorno les permite y más. Pero no todos suben el Everest, ni todos cambian el mundo, ni todos se convierten en personas honradas. ¿Dónde va a poner el listón? Me interesa Sr. Gallardón. ¿Lo pondrá también en su derecho a la paternidad? ¿En la "violencia estructural" que ejerce la sociedad para que los hombres no cojan ni siquiera sus 15 días de baja? ¿O con llevarlos al fútbol los domingos convalida el carnet de padre? ¿Y si no tienen hijos, son hombres de segunda? Ya veo a las hordas de hombres sin vástagos buscando pareja reproductiva con ansia, no vaya a ser que se queden a medias en su hombría.

«Mientras exista en España la más mínimaposibilidad de que una mujer no pueda, en plenitud, ejercer su derecho a lamaternidad, de este grupo parlamentario (PP) y de este gobierno tendrá siempre la solidaridad y no la actitud de silencio cómplice culpable que practica el Partido Socialista». Le reconozco el mérito por darle la vuelta a la tortilla. Ni Sun Tzu podría haber escenificado mejor aquello de no hay mejor defensa que un buen ataque. En vez de poner a las mujeres que abortan como "asesinas" , que es lo tradicional y, la verdad, viste menos, mejor vamos a convertir en víctimas a las madres y en los partidos que apoyen la libertad sexual en "culpables". Genial.

Sr. Gallardón: yo no veo ni siento una sociedad donde se acose a las mujeres para que no sean madres. Más bien al contrario, pese a que haya casos (claro). Puede que vivamos en sociedades distintas usted y yo. Pero ¿cuántas mujeres conoce que no presuman de ser madres? ¿Y cuántas que hablen de que han decidido abortar con naturalidad? ¿Quién siente más amordazada su libertad? ¿Una libertad de decisión que esconden incluso de palabra porque la misma sociedad que usted dice que acosa a las embarazadas no lo ve con buenos ojos?

Me pregunto cómo se puede llegar a pensar y a considerar que la mujer es tan loca , infantil e irresponsable que , en cuanto la dejen, se va a dedicar a abortar como las locas a modo de práctica de ocio (los datos hablan). ¿Cómo se puede pensar que las mujeres abortan por deporte? Y en estos casos no sé hablar por todas las mujeres. Sólo por mí. Y creo que un aborto no debe ser un plato de gusto para nadie. No lo sería para mí. Imagino que yo no tomaría una decisión así a la ligera. Uno no sabe cómo va a reaccionar en determinadas situaciones pero creo que para mí no sería una decisión fácil. Por eso no comprendo que una ley me tome por imbécil. Que, además del peso que supone una decisión así, una ley ponga más zancadillas. Me cuesta comprender una ley de supuestos que sólo me permite decidir si tengo o no hijos si soy una mujer o violada o desequilibrada. No hay opción a que sea una decisión producto de la reflexión. Ay, perdón, que como soy mujer, no sé qué hago reflexionando.

Así que le pido encarecidamente que no salga a defender mis libertades. Porque, honestamente, me siento una mujer de primera desde siempre y no sólo desde que tengo hijas. Y veo a las mujeres de mi entorno todas mujeres de bandera. Dedique su tiempo y su esfuerzo a otras cosas como el atasco de la justicia o las garantías procesales, porque lo veo yo más de su negociado. Por favor, Sr. Gallardón, no me defienda. Que el tiempo de los caballeros en defensa de las damas desvalidas ya pasó.