Hablando de fútbol y glorias


"Somos campeones del mundo de fútbol". Vaya noche.Vosotras durmiendo o intentando dormir en la habitación de casa de unos amigos mientras nosotros, huestes enfervorecidas, sufríamos 120 minutos de fútbol contra una Holanda que se había equivocado de deporte y estaba en el mundial de Kung Fu. Lo pasé muy bien, la verdad, y salimos todos tan optimistas. Al día siguiente parecía que cualquier cosa se podría solucionar.

Y me dio por imaginaros campeonas del mundo a vosotras. O no. Porque por mucho que lo imagine, el baño de multitudes que se dio la selección española de fútbol masculino el lunes es una gloria inalcanzable, de momento, para vosotras. No porque no haya selección de fútbol femenina, que la hay. Si no porque (de momento, siempre de momento) esas futbolistas ya pueden ganar el mundial que ni de lejos el público (compuesto por ellos y ellas) va a seguir los partidos con tanto fervor; y ni en el mejor de sus sueños les van a organizar tamaño recibimiento. No hay gloria tal para una categoría femenina de ningún deporte. La gloria de haber ganado, faltaría más. Pero el reconocimiento social no crece, ni siquiera en el deporte rey. No digo ya en otras disciplinas. Mirad si no a las nadadoras del equipo de natación sincronizada que hicieron un papel increíble en Pekín 2008. Se las conoce que no es poco. Pero de ahí a tal aclamación popular, hay zancadas de gigante. En este caso también hay hombres valientes que se han lanzado a colonizar las aguas a golpe de coreografía. Pero si hubieran querido, si buscasen esa gloria deportiva infinita, sabrían que en el fútbol había una oportunidad.

Vosotras, por ser mujeres y sólo por ser mujeres, no disfrutaréis (ni sufriréis) una gloria como esa. Ni aquí ni en el resto del mundo. Igual no os perdéis gran cosa. Igual lo más importante es la superación personal. Igual cuando seáis mayores no os gusta el deporte o sí y disfrutáis de él sin más metas. Pero a mí, creyendo en todo lo anterior, me da un poco de coraje que sea como un acuerdo mundial, colectivo, inconsciente y duradero. Y me da coraje que me cueste encontrarlo para otras cosas, sobre todo, para asuntos relacionados con mujeres. ¿Será el peso de la historia? Lo seguiré buscando. Para vosotras. Mientras, no voy a dejar de sentirme "ganadora del mundial" como todos los demás.