Llega el colegio y muchos ( ¿o más bien muchas?) le meten mano al asunto de la adaptación en la escuela en sus columnas o sus blogs. Y, queridas niñas, la que se está adaptando soy yo. Porque que los niños se tenían que adaptar nos lo habían explicado. Que a mí me parece que el maestro es el que más se tiene que mentalizar con la que se le viene encima es un hecho. Pero que toda la casa y los horarios familiares tenían que plegarse a este feliz periodo, era un asunto relativamente inesperado (ingenua que es una). Así que sí, me estoy adaptando.
Pero sobre todo me estoy adaptando a esta triste sensación de que las únicas medidas de conciliación que hay en la actualidad pasan por tener a los niños más horas fuera de casa, en el colegio o donde buenamente se pueda. "Entretenidos". Que se ha pensado en el aula matinal, en el comedor (del que me beneficio, por cierto), en las extraescolares (que en algunos casos no son para que el niño mejore o haga una actividad que realmente le apetezca, sino para tenerlo distraído hasta que sus padres llegan a casa derrotados). Y venga a sumar horas. Como si la escuela pudiera cubrir todas las horas que nos piden las empresas. Y todos entramos, preocupados (con razón) por cómo cuadrar los horarios en vez de preocuparnos por qué van a hacer nuestros niños en el aula.
Es una dinámica inquietante esta de cargar la conciliación sólo al horario escolar. A mí me lo parece. Faltos de imaginación deduzco (un mal frecuente) , a nadie se le ha ocurrido que igual la palabra conciliación podría tener que ver con poder hacer las dos cosas: no sólo tener hijos sino pasar tiempo con ellos; y trabajar, claro, a ser posible en algo que nos guste (ya me estoy pasando). Con que lo mismo se puede incentivar (fiscalmente se me ocurre) a las empresas que faciliten determinadas cosas, como poder participar del periodo de adaptación en el colegio. Porque creo de verdad que un padre o una madre agradecen sin duda que les den flexibilidad o posibilidad para formar parte de estas cosillas. Trabajador contento, trabajador más eficiente. Que hombre, uno tiene niños para verlos crecer un poco. Sin exagerar, pero habrá que pasar un rato con ellos ¿No?
Un montón de conversaciones sobre si las mujeres tenemos o no "neuronas especiales para planchar y lavar", sobre si podemos o no podemos, si debemos o no debemos, si hacemos o dejamos de hacer, sobre lo que fueron y lo que seremos, sobre lo que los hombres pueden o deben hacer. Este es un blog para vosotras, mis niñas, porque vuestra madre le da muchas vueltas a estas cosas. Muchas vueltas. Y para todos los que alguna vez piensen en estos temas
Me estoy adaptando
Etiquetas:
adaptación,
colegio,
conciliación,
educación,
enseñanza,
escuela,
hijos,
igualdad,
incentivos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Si como aquí se dice, se conciliara la vida familiar y laboral, tendríamos tiempo de pensar. Hace tiempo que prefieren que seamos borregos que personas. ¿Alguien se ha fijado en qué y como están enseñando a nuestros hijos?.
ResponderEliminarYo soy novata (que acabamos de empezar el cole de mayores) pero ya te contaré ;)
ResponderEliminarMe parece que ahora os complicais mucho la vida. Se toma la vida como viene y en paz.
ResponderEliminarAh, bueno, eso sí. Se adapta uno a lo que haga falta. Pero por pedir mejoras, que no quede ¿no?
ResponderEliminar